Publicación: Efectos de la industria forestal en las prácticas de agrorecolección de mujeres campesinas y mapuche en la Baja Frontera de Nahuelbuta
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Fecha
2016-10-10
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Universidad Nacional de Educación a Distancia (España). Facultad de Filosofía. Departamento de Antropología Social y Cultural
Resumen
La actividad forestal en la Baja Frontera de Nahuelbuta, territorio comprendido entre la Cordillera homónima y el Pacífico, en la VIII región de Chile, existe desde mediados del S.XX, pero, como en el resto de Chile, fue consolidada a partir del Decreto Ley 701 de 1974 y sus consiguientes modificaciones. Esta política de bonificación que se inicia en el marco de una contrarreforma agraria que venía a contrarrestar las políticas de redistribución de la tierra que tuvieron lugar bajo la influencia de la Alianza para El Progreso durante el gobierno de Jorge Alessandri Rodríguez (1958– 64) y, sobre todo, bajo la Nueva Ley de Reforma Agraria N°16.640 aprobada en 1967 por el gobierno de Eduardo Frei y en la que profundizó el gobierno de Allende generando profundos impactos en el mundo rural. El Decreto Ley 701 y los intereses que lo rodean acerrean una progresiva modificación de los usos de suelo en la provincia de Arauco, que han pasado de ser territorio agrario, silvestre, de pasto o de bosque nativo a constituirse en espacios dedicados a actividades de monocultivo forestal de eucaliptus globulus, eucaliptus nitens y pinus radiata, tanto por parte de grandes empresas (Arauco, Mininco, Volterra, Tierra Chilena) como por parte de grandes, medianos y pequeños propietarios que venden su cosecha maderera a terceros o que rentan el suelo a un holding forestal. Esto se da en un contexto de libre-mercado en el que la mayoría de la producción de pulpa y madera troceada es destinada a mercados extranjeros. En convivencia, y a veces en fricción, con esta industria de exportación, encontramos una economía de subsistencia local, asociada a unos medios de vida, dieta y relaciones de reciprocidad, en riesgo, ya que muchos frutos silvestres y plantas de las que depende están en peligro de extinción. Recientemente la mística del emprendimiento ha incorporado estos frutos a sus marcos lógicos, buscando crear mercancías “gourmet” con sello étnico-cultural. Este proceso de conversión de los frutos silvestres en mercancías (Warde, 1997) se plasma en líneas de financiamiento por parte del Estado Chileno, a través de programas de la Corporación Nacional de Fomento (CORFO), ferias organizadas del Servicio Nacional de Turismo (SERNATUR) e iniciativas del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Ya sea por las exigencias de los sellos de certificación del Forest Stewardship Council (FSC) y del CERTFOR, por las exigencias de la Ley N°20283 sobre recuperación del Bosque Nativo y Fomento Forestal de 2008, o por los intentos de maquillar su actividad en la línea del capitalismo verde emergente de la Agenda 21, los agentes de la industria forestal no son ajenos a esto. Por ello, y como un mecanismo para incrustarse en el territorio, la industria forestal ha comenzado a delimitar “áreas de alto valor de conservación”, que incluyen bienes sociales, culturales y biológicos, así como a prestar apoyo financiero a iniciativas culturales municipales, a aceptar el tránsito por algunos de sus predios para fines turísticos y/o de agro-recolección, a apoyar iniciativas productivas y a ofrecer útiles escolares, con las consiguientes contrapartidas.
Descripción
Categorías UNESCO
Palabras clave
Citación
Centro
Facultades y escuelas::Facultad de Filosofía
Departamento
Antropología Social y Cultural