La comprensión de la idea de imitatio que Cicerón defiende en su obra desvela un pensamiento en diálogo con una tradición que el orador romano no deja de construir con fines políticos. De ahí que el estudio del Cicerón imitador nos proporcione un extraordinario ejemplo de esa necesidad que toda comunidad humana tiene de construir un relato integrador recurriendo a la memoria de los textos y de los hechos que favorecen la convivencia y de aquellos que la imposibilitan. La memoria de los primeros nos debe incitar a la imitación; la de los segundos, al rechazo.