La educación inclusiva debe ser entendida como un proceso que parte de la no discriminación y la educación en condiciones de igualdad de las personas con discapacidad, pensando en una educación para todos donde deberían estar involucrados los estudiantes, educadores, padres y los miembros de la sociedad. La educación debe ajustarse atendiendo al grado de discapacidad de sus estudiantes y siempre aplicando el interés superior del menor. Por ello, la educación especial es realmente inclusiva, al comprometerse con el desarrollo integral de los más desfavorecidos, garantizándoles una verdadera inclusión laboral.