García Amilburu, María2024-05-202024-05-202012https://hdl.handle.net/20.500.14468/15682El ser humano es un ser temporal, y el paso del tiempo afecta inexorablemente a su cuerpo y a su espíritu. La huella que deja en el hombre el transcurrir temporal no sólo tiene interés para los vendedores de cosméticos y escritores de biografías, sino que todos nos sentimos personalmente interpelados al comprobar sus efectos en nuestra propia existencia. Y aunque habitualmente no nos detengamos a reflexionar sobre el tema, a lo largo de la vida se presentan ocasiones en las que no es posible soslayar esta cuestión. Quizá ésta sea una de ellas.esinfo:eu-repo/semantics/openAccessSer, estar, pertenecer. El sentido de la tradiciónbook part