García Amilburu, María2024-05-202024-05-202011https://hdl.handle.net/20.500.14468/15681Una de las rémoras heredadas de la Modernidad es la limitación de la validez del conocimiento humano al ámbito de la racionalidad científico-experimental. Las consecuencias de este reduccionismo epistemológico afectan negativamente a numerosas dimensiones de la vida humana, y también al ámbito educativo. En este campo se manifiestan -entre otros aspectos- en la exclusión de los saberes humanísticos de los planes de estudio de casi todos los niveles educativos. Para señalar el error que subyace en este planteamiento y mostrar la posibilidad de afrontar esta cuestión de modo diferente, se van a considerar algunos aspectos de la filosofía de Ernst Cassirer. Este autor formuló un concepto de “racionalidad” más abarcante que el empleado por la mentalidad cientifista contemporánea, y su elaboración del concepto de “símbolo” y del “sistema de las formas simbólicas” permiten redescubrir el valor de modos de conocimiento y dimensiones de la experiencia humana que no son susceptibles de un tratamiento empírico-experimental, porque constituyen el objeto de otras disciplinas también científicas -como son las Ciencias del Espíritu y las Ciencias Sociales-, o se sitúan en el ámbito pre-científico. Tomando en consideración este modo de afrontar esta cuestión, se abre una vía para reivindicar la necesidad de recuperar aquellos saberes que denominamos Humanidades que son, precisamente, los que “contribuyen más directamente a que el espíritu adquiera ‘forma humana’esAtribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional"Ampliar el horizonte de la racionalidad". Cassirer, las Humanidades y la Educacióncapítulo de libroCassirerRacionalidadCiencias experimentalesHumanidadesEducación