Bifani, Paolo2025-07-042025-07-041998-07-01https://hdl.handle.net/20.500.14468/28855La proliferación de ideas sobre la globalización y la democracia ha aportado algunos conceptos sólidos y bien fundamentados, pero, al mismo tiempo, abunda en equívocos, ideas fijas correctas sólo a medias y conceptos totalmente erróneos. El debate sobre la globalización se caracteriza por su polarización. Por un lado, los que se oponen a ella denuncian la pérdida de los valores nacionales y culturales, el poder de las CTNs y la reducción de empleos. En el lado opuesto la globalización es vista como la oportunidad para acelerar el crecimiento económico y desarrollo, así como para promover la democracia. Los conceptos económicos impregnan ambas ideas. Sin embargo, aun esos conceptos son empleados erróneamente. Así: globalización se identifica con neo-liberalismo y se usa equivocadamente como sinónimo de internacionalización. A su vez el libre comercio se confunde con ¡aisserfaire y así sucesivamente. La globalización no es un fenómeno nuevo. Es un proceso histórico y, guste o no, está en marcha. El problema no es oponerse a él o favorecerlo, más bien es de cómo administrarlo adecuadamente para minimizar los efectos adversos y maximizar al mismo tiempo sus beneficios potenciales.esinfo:eu-repo/semantics/openAccessGlobalización, economía y democraciaartículociencias económicassociologíaciencias políticas