Yela Yela, Alicia2024-05-212024-05-212019-09-26https://hdl.handle.net/20.500.14468/21828La Embajada del IV conde de Monteagudo ante el emperador Maximiliano II, está llena de luces y sombras. Don Francisco Hurtado de Mendoza fue recompensado por Felipe II con el título de marqués de Almazán, precisamente por la labor realizada a su servicio en Alemania. Dada la complejidad jurídica, administrativa, territorial y religiosa del Imperio, la misión no fue sencilla. Tuvo que tratar asuntos relativos a los territorios italianos y flamencos, a la entrada del emperador en la lucha contra el turco, formar parte de la red de espionaje en levante, pero la tarea más asombrosa fue la de intentar que el emperador siguiese dentro de la ortodoxia católica, para ello cuenta con la ayuda de la emperatriz María y de la llamada facción española.The Embassy of the IV Count of Monteagudo front Emperor Maximilian II, is full of lights and shadows. Don Francisco Hurtado de Mendoza was rewarded by Felipe II with the title of Marques de Almazan, precisely for the work done at his service in Germany.Due to the legal, administrative, territorial and religious complexity of the Empire, the mission was not easy. He had to deal with matters relating to the Fleminsh and Italian territories, at the entrance of the emperor in the League against the Turk, to be part of the espionage network in the east, but the most amazing task was to try to keep Maximilian within the catholic orthodoxy, for it has the help of Empress Mary and the Spanish faction.esAtribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacionalinfo:eu-repo/semantics/openAccessLa Embajada del IV Conde de Monteagudo en el Imperio a través de su correspondencia, 1570-1576tesis de maestríadiplomaciaMonarquía católicaImperioreligióndiplomacyCatholic MonarchyEmpireReligion