Olcina Alvarado, Mariola2024-05-202024-05-202015-11-05https://hdl.handle.net/20.500.14468/13738El auge de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en las últimas décadas no ha ido acompañado de la idea de que su uso genera múltiples impactos negativos en el medioambiente. La escasez de minerales para fabricar estos aparatos (Valero y Valero, 2013), la contaminación de suelo, agua y aire derivada de su fabricación (Naredo, 2006) y el desmesurado uso de energía que implica su uso (Aranda et al., 2003), son algunos apuntes que ponen de manifiesto la dimensión de esta problemática ambiental. Al calor del auge de estas tecnologías, nace la “Generación Net” (Aparici, 2013) formada por los y las nativas digitales (Prensky, 2001) que ya representan el 5,2% de la población mundial (Urueña, 2013) y que demandan nuevas metodologías pedagógicas en su educación. Precisamente, las TIC son una herramienta muy interesante para acompañar procesos pedagógicos y ayudar a desarrollar aptitudes en el aula, como el aprendizaje colaborativo (Ortiz, 2000), y de hecho, muchos centros escolares se encuentran en este proceso de adaptación a las nuevas tecnologías en el aula. Pero, en algunas ocasiones, el elemento innovador de estas iniciativas es la misma implementación de la tecnología y no se profundiza en otros aspectos como la metodología, el rol del profesorado o el contexto social y ambiental en el que nos encontramos. De este dilema acerca de las bondades y maldades de las TIC, surge un buen debate en torno a qué es lo importante: la herramienta o lo que se hace con ella. Y en este sentido, introducir cierta concienciación acerca del impacto social y cultural de las tecnologías puede ser un elemento interesante para construir un pensamiento crítico (Clarke, 2011) alrededor del uso de las TIC en los procesos educativos.esinfo:eu-repo/semantics/openAccesslmpactos ambientales de las TIC y hábitos de consumo tecnológico de las nativas digitales: encuestas electrónicas y análisis de grupos focalestesis de maestría